El cuerpo, nuestro organismo, nosotras, estamos constantemente  buscando la homeostasis, el equilibrio: constantemente calibrando, valorando, haciendo y deshaciendo. La sangre fluye por nuestras venas y arterias dejando y recogiendo, transportando tanto sustancias nutritivas como de desecho. Nuestro cuerpo está vivo, en constante dinamismo, buscando el equilibrio, el bienestar. Si le falta agua, tenemos sed; si le faltan nutrientes, tenemos hambre; si estamos cansadas, nos entra el sueño. Y así continuamente desde que nacemos.

A veces perdemos el compás, el ritmo y aparecen nuestros amigos los síntomas, que son los  mensajeros que nos indican que algo va a descompás. El mensaje común de todos los síntomas es: “Hola, soy tu organismo. En este momento por mí mismo no consigo equilibrarme, ¿me puedes ayudar?. Gracias.”

La Reflexología Podal sirve tanto para el ritmo como para el descompás. Si hay ritmo, lo optimiza; si ya ha surgido el descompás, lo invita a que vuelva a coger el ritmo. Es decir, que actúa tanto a nivel preventivo como curativo.

La Reflexología Podal es una terapia natural basada en la existencia de puntos reflejos en diferentes partes del cuerpo, que corresponden a los órganos y glándulas del organismo.

‘Reflejo’ significa que estimulo aquí (en el pie) y la respuesta se da allá (en el órgano correspondiente). En el pie, dada su enorme cantidad de terminaciones nerviosas, podemos dibujar con puntos reflejos todo los sistemas corporales, el cuerpo humano completo.

En la sesión de Reflexología Podal nos servimos de los dedos para estimular con presiones y movimientos sistemáticos todos esos puntos y lo que conseguimos es poner a cero nuestro medio interno, la circulación sanguínea, linfática, las comunicaciones nerviosas, generando desde el primer momento relajación, alivio del dolor y mejora de los síntomas. A medida que el organismo va volviendo a su ritmo nos vamos sintiendo mejor.

De este modo se activan los mecanismos de autorregulación que tiene nuestro organismo para mantener la homeostasis, el equilibrio, debido a que se le está ayudando a que trabaje mejor y sea más capaz de afrontar el estrés de la vida. Un organismo relajado y depurado dota de color a la vida, sabe bailar.

La Reflexología Podal es una terapia holística, es decir, que considera a la persona como un sistema completo que trasciende a la suma de las partes, destacando la importancia de la interdependencia de éstas: cuerpo, mente, emoción. Cuando una persona recibe un tratamiento de Reflexología Podal, toda ella se beneficia:

  • La relajación profunda permite al sistema nervioso, que rige todos los sistemas, funcionar óptimamente y la mejora en la circulación hace que todos los órganos lleven a cabo su trabajo de forma efectiva.
  • La mente se aquieta.
  • Tomamos conciencia de nosotras mismas, nos calmamos.

Es una terapia no invasiva apta para todas las edades.

#Reflexología #Podal: tu aliada, tu amiga, siempre a tu favor.